Un desahogo de media noche... (3 de la mañana, día Domingo)

Entender el verdadero sentido del existir, es el típico cuestionamiento juvenil, nos atañe a todos, por más que unos sean vean mayormente afectados por el que otros, aunque muchos son victimas del embobamiento que provoca, otros tantos son inmunes su propio madurar... gracias daniel...

Las opciones son muchas y muy diversas, lo dificil es denifinr la apropiada para ser, y es que el buscar definición, ya nos aleja tanto de nosotros que no nos definimos...

ya me aburri hablare por yo no mas jjjjj

Quienes en algún momento me han rodeado, acompañado y tal vez, comprendido, han sido testigos, de como he transformado tantas y tantas veces una personalidad, de metamorfosis, que no es inherente ni a mi ser, ni a mi querer, y es que la falencia de estabilidad, y ortografía correcta, me han llevado a emprender un diseño inverso, que antes de liderar, me hace ser un lider, por que no lo soy, aunque lo quiero, y es así, como una y otra vez, a lo largo de uan corta historia, la meta cambia, y la vida acompaña esa metamorfosis, no, no es una pentapesonalidad, o uan deficiencia afectiva... es una busqueda, porque el tener tantas ideas, tan distintas, provocan distintos sentimientos, y también muchos y muchos, instintos...

ya me aburri... son las 3 de la mañan y no quiero contar tanta infidencia que muestra infidencias y dara claves de dvilidad ¬¬

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La casualidad y el infortunio, fueron mis complises esa noche, esa fría y anieblinada oscuridad que cobijo, nuestra complicidad, tú no querias ir, como antisipandote, al placer venidero, y yo haciendome el imbecil ingenuo, me dejaba llevar, por las mentiras de tu hermana. Entonces el auto partio, sin rumbo concreto para ninguno de nosotros, aunque nuestros inconcientes, sabían claramente se encontrarían en pasiones de amor y de entrega, nos detuvimos, en un lúgubre lugar desolado, las risas, rondaban en ese transporte asociado, a la satisfacción, cuando las ideas se concretizaron, y el anticipo, fue un acuerdo tácito, de miradas ardientes, que nos condujeron, hasta el apartado, departamento, testigo de la destrucción familiar, que provoca el amor pedofilico, de nuestros pares, que compartian nuestro espacio, pero que al mismo tiempo nos entregaban su ardor. Ubicarse, fue una alegoría de lo que todo habia sifnificado hasta entonces, y quedamos solos tu y yo, ellos fueron a disfrutar el uno del otro, y nosotros quedamos solos...

Mirandonos, como estupidos ansiosos de si, como ingenuos mentirosos, que trataban de engatusarse con la mirada, mientras nuestars entrañas, desbordaban calor, la música terminaba y me hacerque lentamente, para acariciarte, pero tus manos me rechazaron, como jugando con el espacio, como bailanco con el aire, quizas seduciendo mi pasado, esa mano esquiba, se encontro repentinamente con la mía ansiosa, y nuestros dedos se entrelazaron, tan apasionadamente, que los labios, con envidia, se lubricaban, no nos mirabamos a los ojos, sino que ardiamos de admiración por nuestras manos que se poseían, hasta que una, sintiendo compación, se hacerco lentamente, esquibando el aire que se hacia más pesado, como jugando, hasta los humedos labios de mi atardecer, la maraña asquerosa de placeres huyo de esa escena tan bella, en donde la inspiración se transformo en una masturbación de mis dedos con tus labios; tu lengua se escapaba quizas desesperada, por encontrar algo que la satisfaciera, hasta que la mía no soporto, y nos besamos, tan repentina y alocadamente, que el aire desistio de su juego, para volverse liviano y permitirnos amarnos. Labios de virginidad, entrelazados con impasiente dorso de deseo... manos inosentes recorriendo piernas de colapso... cuerpo ingenuo aprehendiendo uno mal comprendido... sudor de amor mesclado con sudor de odio. La poesia no encontraba metaforas, que rimaran con nuestro encuentro y Parra quedaba como un ignorante al no poder ridiculizar, algo tan angelical, como demonios absueltos por el perdon divino; los pedecederos jemires, por simpre se plasmaran en las paredes de ese lugar, sin aire, por que todo los gastabamos, al descubrirnos ... mientras rezabas de placer, y yo maldecia el no poder rezar, el extasis llego a un punto tal, que todo fue una existencia onirica, de la cual jamás quisiera despertar, aunque a instintantes lo hacia, para darme cuenta, que tenia en mí, a quien mas he amado, aunque no entiendo por que lo hago...

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