Ahumada parecía como detenida por fuerzas olimpicas, la mirada que las pocas persoans que la transitaban, estaban enfocadas en la nada que las aceptaba sin vasilaciones, todos se acompañaban en su soledad, porque claramente hay que estar muy solo, para camianr por el paseo ahumada un domingo por la mañana...
Esa mañana yo era uno de esos ensimismados buscadores de compañia, en realidad no se que compañia andaba buscando, acababa de salir de un motel, habia satisfecho ya todo mic andor, con aquella quinciañera apasionada que me provoco con tanto perreo, peor fue solo eso, un polvo sabatino y nada más, en la madrugada, desperte la abrace, ella queria hacerlo de nuevo, pero yo estaba ostigado de su vanalidad de su entrega tan poco sentimiental, la bese ondamente y le dije adios, me pidio mi celular, solo le dije, que me encantaba su espalda y la deje, desde entonces que camino por el centro, ya van un par de horas, las piernas ,me duelen un poco, pero mi espiritu necesita descubrir algo, que, que quere descubrir, no tengo la mas puta idea, yo solo busco y camino...
Llege hasta la plaza de armas, las primeras palomas madrugadoras me saludaban con su ulular, y un par de vagabundos me miraban con desde, casi como sintiendose imbadidos por mi terno, y pulcritut de aparaciencia, cuando me sente, frente a la pileta, que jamas nunca habia leido y ahora tampoco ise, fui testigo de un maravilloso espectaculo, de pronto llegaron varias maquinas, como las del final de la pilicula de cantinflas el barrendero, limpiando toda la plaza mayor de nuestra ciudad, quizas que pensaria Valdivia, ante tanto gasto inutil...
Embobado por mi ignorancia me quede sin pensar en nada, hasta que una mujer mayor, se me acerco y se sento junto a mi, nada dijo por un buen rato, solo me miraba de reojo, hasta que de sus labios pronuncio, no te gustaria pinchar...
Era medio día, y me levantaba rapidamente de aquel hotelucho esmerado, deje eldinero sobre la mesilla, y comence a caminar de nuevo, no tenía idea donde estaba, pero ya no pensaba pensar, solo llegue hasta a la catedral, en donde comenzaba la misa... los confesionarios estaban abiertos y entre...
comprendo todo lo que me dices hijo... te perdono por mentirme....
Cuando sali, me sentía peor aun, aquel opio que satisface tanto, no me daba solución, cristo me pa parecia , casi tan erotico como una prostituta quinciañera, sus gritos de dolor por la tortura me exitaban, su sangre prohibida vevida por maria me llenaba de pasión, peor solo eso, sentía que Dios me miraba, pero no le temia creia en Leibnez, asi que con mi mediocridad seguia caminando...
El macdonall covijo mi trasero sudoroso, y alimento mis odiosas entrañas, con un cheque a fecha a cobrar por diarrea, frebte a mi se sento un tipo, sudado, un joven con bigotes, un hombre con hombros trabajados, un ser con labios ardientes, que me miraba, con aquella mirada que solo algunos conociamos, y que desifraba sin problemas, saque de mi chaqueta un palel y le pedi un lapiz, él me paso un pluma pesada rosando mi mano me volvio a mirar y apervertir con la mirada, una dirección y una hora, me pare y lo espere...
Camine de nuevo, un poco mas cansado, la fría tarde ya caía, y no sabía que hacer, sin darme cuenta, llegue de nuevo hasta la banca que me recivio en la mañana y ahi me quede , no se cuanto rato solo vi a la gente...
el centro estaba lleno a esa hora, una tropalera de cabros chicos, arrastraban a sus padres en busca del mimo, que molestaba a los automovilistas de la calle, yo solo los miraba con pena, por sus responsabilidades, mucha gente, poca gente, muchos indigentes, la noche...
Ya era muy tarde y era la hora de escribir...
Legue hasta mi departamento, me esperaba mi rata y pez, a ninguna lo amaba, pero a ellos no les quedaba otra alternativa...
abri el refri, saque una cerveza y un me ise un pan con chancho...
me sente donde siempre...
Los sonidos de la maquina de escribir hacian eco, en mi vacia habitación, y la inspiración me embargo mientras recordaba, con pena el mundo que me rodeaba
